Se enciende tan tenuemente, como se apaga una luciérnaga.
- Fusen-
Sentada frente a la
levedad de estas letras,
Sin saber que decir
y sin querer decir nada,
me dejo dominar por el temporal
y por la siesta,
que cautelosa
observa
la tarde interrumpida,
que baila entre el aquí y
el ahora.
Atravesada por la
fragilidad del sueño,
por el golpeteo y el
vibrar del viento,
que en un instante…se apodera y rodea el vacío,
en el quizá del
mañana y el en el adiós del ayer.
Agua, hierba y
flores,
coronan la claridad,
la humanidad y la entereza,
de un ciego tropel de esperanzas,
La sabiduría,
sobrevuela
resuelta
sobre el pequeño bosque de los años,
Mientras un nido de
pájaros,
canta revelaciones,
bajo la
oscuridad disipada del destino,
Efímera es la visión de la tormenta,
lágrimas sordas ,
que habitan en
crisálidas de cera.
El corazón late arrebatado,
contando en su
palpitar ,la belleza inmóvil
y balbuceando en mil idiomas, el último
adiós.
un segundo adoptado
de ternura,
minúscula soy en mi humildad,
ante el
despliegue ,
de su superlativo
arte natural,
mínima ,es mi existencia humana
y cronológica,
que se ve derrotada
por la infranqueable barrera ,
de la libertad
absoluta.
Abruma, esta incierta melancolía,
entretanto la cabeza fría, muda y vacía ,
huye de este teatro
nómada,
que quema de miedo,
que incinera de saber,
que adormece de penas
y que se embriaga a la sombra,
de un recuerdo que se avejenta.
El tiempo ruge,
con indiferencia al
fuego ,
desvaría entre el dolor,
el apego, la devoción y el dominio
Fluye y se disipa en la dulce memoria de los días pasados,
llega una turbación con fragancia a sur,
tan dolorosa que extravía,
tan efímera ,que
aletea entre los secretos,
las palabras
y los poetas
Mientras…
Un rumor espectral,
asila una partición de soles, que dormita en
el sosiego.
El ruido se ordena y
grita,
El sol esquivo,
mastica el sueño de
la tarde,
un ojo insecticida,
se expande universal ante las certezas,
se abre de respetuoso
espanto,
para no ver,
para no comprender,
que un mohoso insecto
púa,
ha penetrado las
murallas de lo visible
manantial de
eternidades,
que lee las pupilas de los sueños
en el pliegue aterciopelado del insomnio,
Nada!!
capaz de palpar, un rostro empalidecido
traspasando las distancias.
El cansancio ,
se apodera de las ventanas heridas,
Y la sumisión,
me abraza al paraíso
con las manos desnudas de viento,
Contemplo la rama
y el perfil de la piedra,
lamentos de
sangre brotan de las herida,
abrasando la confusión ,
la locura,
y la
sintaxis ígnea,
de un mundo indiferente,
separado por dos
relojes,
que abrazan , los
pies de mil palabras,
los instantes tiritantes de futuro,
y la honda
claridad , de un punto
ininterrumpidamente
solitario.
La memoria,
Cansada ya de agonizar
a la entrada de la
muerte,
entre puertas sin cerrojo
entre sombras sin destellos
con las entrañas
calcinadas
de ayeres pletóricos
dormir dentro de los sueños
ahogarse en los
abismos,
Y desvariar,
prisionera, perdida,
en los angostos y
solitarios
caminos del recuerdo.
en zonas
inhabitables
de la tierra fértil de los espejismos.
lapso ambiguo sideral,
donde vaga ingrávida.
Isla de profetas!
Fuego sometido!
Antifaz infinito!
rompiendo el espacio de la poesía.
Tierra ,
Montañas,
Cenizas de alba,
huéspedes, que
acercan a la sabiduría
palabras , que traspasan la frente
y la frágil luz ,
que descansa
en una quimera fugaz.
Caigo como un rayo que estremece la tierra,
Deshaciendo el temblor,
bajo la inmovilidad de las horas
y
como no se qué decir…
he decidido,
acabar este poema
Irreparablemente,
sin decir nada.
Como un espectador
inmejorable,
de esta danza de vértigo.
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