martes, 24 de mayo de 2011

Claro de Luna - Beethoven

DESPERTAR DE UN POEMA MARINO


Despertar en la desnudez de un poema marino
es todo aquello que no es, es como un sueño ,
como un accidente de luz torpemente compartido,
vaga entre filamentos y exhalaciones de lamentos
surgiendo desde bajo tierra, o desprendiéndose de esta,
en espera fragmentada, hacia un horizonte de vértigo en las venas,
desde una gredosa y herviente memoria
hasta una intensa corriente de obediente espera,
se alza y planea ante lo inevitable, desnudo y en blanco,
desde lo mas profundo del abismo, a lo mas infinito de uno mismo,
quemándose en la voz y enmarañándose en tranquilas pupilas.
Un poema marino, es como una jaula abierta ,de moléculas del alma,
su desnudismo de tan blanco...es casi azul y viceversa,
se libera lamiendo las rompientes de las sombras,
deslumbrándose de diáfana paz y en languidecidas quimeras.
comulgando con las mareas, y muleteando las barreras
en los invernaculos laxos que encallan en los peñascos
y en las laderas.
Bramando las carnes, bañado de vientos y roto de gotas
su ascetismo contráctil lo inmola, y lo abraza en cada trazo de cielo
solitario, el mar, lo expulsa y lo expía, en sacrificio palpitante de su especie.
Mientras Yo...lo espero junto a la rompiente, hilando,
trenzando y tramando una diadema de espejos en su nombre,
tapizando de lentejuelas , su manifiesto traje inmaculado.
Aquí..donde mi cutis de playa, excava dentro de una piedra,
velando tras un muro de pálidas de horas,
tan desgarrada y tan humana espera.
Allí...donde el sol besa el vaivén lejano de las olas,
urdiendo un fantaseo de reposada calma absorta,
sin cautela y sin esquela, un clandestino banquete
de abandonadas y sonámbulas , palabras eternas.
Salpica de ocaso la orilla, en un profundo alarido
de yodo y de pálida sal ,con límpida fragancia a mareas,
con inquieto rostro de agua y con serenas huellas de arena.
Me persigue su aliento y el sabor salobre de sus besos
todo el océano se abrazó y se adhirió mi existencia
su presencia penetro en mi oído y su clamor se hizo poesía.
Despertar en la desnudez de un poema marino,
es todo aquello que no es, es una estancia muda,
que altera implacable ,la calma de las arterias
vibra de éter en el respirar de las irremediables tristezas,
y en su tácito lenguaje, rueda reciproco en el eco de viejos pasos,
muy lejos del olvido, mas allá de la costumbre y al borde de la sapiencia.