sábado, 6 de noviembre de 2010

MI UNICA MADRE

Madre:

Que derramas sangre, desde el centro de tu pecho,

Y alimentas nuestras vidas, destructoras…

Constructores de mega ficciones,

Fanáticos desorientados y desordenados,

que roemos tus entrañas y mutilamos tus brazos.

Ultrajamos tus pieles y talamos tus manos,

Desenfrenados perdidos, cataclismos fatales,

Estas herida y crepitas dolorosa,

crujes, ruges, gimes, lloras,

esperando, paciente y generosa,

derramas tu esencia a cada paso,

victima de la agresión y los maltratos.

Expeles ácidos de tus fervientes bocas,

Mientras nosotros,

ciegos, sordos a tus suplicas,

Taladramos tus venas,

en desequilibrio e ignorancia.

Dejándote desnuda y desangrada.

Y TU...

En la excelencia y plenitud de tus colores,

sanas nuestras heridas,

Nos besas, nos abrazas,

Y sigues pariendo vida!

Acaricias nuestras mejillas,

y volteamos nuestras caras,

nos suspiras en la frente

y retiramos la mirada,

somos una especie condenada,

que consume hasta tus lagrimas,

una raza que parece,

no tener clemencia ni medida,

y el único bálsamo, que alivie tus heridas

será saber que algún día,

seremos abono, para tu huesos roídos,

¡Ese, será nuestro destino!

Compensar con nuestra vida,

Tanto desamor, tanta apatía







Cynthia busca

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